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Rebuffo, Víctor Luciano
Víctor Luciano Rebuffo grabador y pintor italiano nacido en Turín (Italia), quien en 1904 al año de nacer, llegó de Italia con sus padres a Paysandú (Uruguay) donde vivió por 12 años antes de radicarse definitivamente en Buenos Aires (Argentina) en 1916. Fue una de las figuras más destacadas del grabado argentino y quizás el más prolífico. Realizó miles de xilografías y grabados, así como también, cientos de óleos, témperas, acuarelas, dibujos a crayón, pasteles, tiza, dibujos, tintas, técnicas mixtas, etc. Como artista social, estuvo vinculado desde la década de 1920, al grupo Artistas del Pueblo. Realizó más de 200 exposiciones en Argentina y en el exterior. Ganó incontables Premios Nacionales (Argentina) e internacionales y distinciones diversas. Recibiendo en 1958 Medalla de Bronce en grabado en la Exposición Internacional de Bruselas (Bélgica). En 1982 ganó el Premio Konex de Platino a la "Mejor figura viviente de la historia del grabado en la Argentina". Ganó todos los Premios destacados en los Salones Nacionales y Provinciales de Grabado (Argentina). Desarrolló todos los oficios de las artes gráficas. Fue lino
Víctor Luciano Rebuffo grabador y pintor italiano nacido en Turín (Italia), quien en 1904 al año de nacer, llegó de Italia con sus padres a Paysandú (Uruguay) donde vivió por 12 años antes de radicarse definitivamente en Buenos Aires (Argentina) en 1916.
Fue una de las figuras más destacadas del grabado argentino y quizás el más prolífico. Realizó miles de xilografías y grabados, así como también, cientos de óleos, témperas, acuarelas, dibujos a crayón, pasteles, tiza, dibujos, tintas, técnicas mixtas, etc.
Como artista social, estuvo vinculado desde la década de 1920, al grupo Artistas del Pueblo. Realizó más de 200 exposiciones en Argentina y en el exterior.
Ganó incontables Premios Nacionales (Argentina) e internacionales y distinciones diversas. Recibiendo en 1958 Medalla de Bronce en grabado en la Exposición Internacional de Bruselas (Bélgica).
En 1982 ganó el Premio Konex de Platino a la "Mejor figura viviente de la historia del grabado en la Argentina". Ganó todos los Premios destacados en los Salones Nacionales y Provinciales de Grabado (Argentina).
Desarrolló todos los oficios de las artes gráficas. Fue linotipista, ilustrador, obrero gráfico, técnico en artes gráficas. Como docente, fue Director de la Escuela Técnica de Artes Gráficas de La Boca (Argentina); Docente en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano; participó en los planes de estudio de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón (Buenos Aires, Argentina); fue nombrado Profesor Honorario de Grabado en la Universidad de Tucumán, invitado por el gran artista Lino Enea Spilimbergo.
Sus obras se encuentran en los Museos más importantes de Arte de todo el mundo. En el Centro Pompidou (París, Francia) forma parte de su acervo un grabado de su autoría titulado "Verónica proletaria" de 1933, el que integra una pequeña muestra permanente junto a obras de otros integrantes del Grupo argentino "Artistas del Pueblo" como Abraham Vigo y Demetrio Urruchúa.
También integran obras suyas el acervo del Museo Reina Sofía (Madrid, España), en la Muestra Itinerante de Grabado Argentino en Venezuela (Caracas, Venezuela), en Casa de Las Américas (La Habana, Cuba), Santiago de Chile (Chile), Lima (Perú), Ciudad de México (México), Río de Janeiro (Brasil), New York (USA), Los Ángeles (USA), Londres (Reino Unido), Tokio (Japón), etc.
Fue perseguido y censurado por el gobierno de Juan Domingo Perón (Argentina), por su afinidad y compromiso con las ideas anarquistas, su mayor obra el libro "Contraluz" con 130 grabados, postergó 30 años su publicación que se dio finalmente en el año 1979, pocos años antes de su muerte.
Falleció en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) en el año 1983.
Sus inicios:
El día que Víctor Rebuffo incidió un clavo sobre un recorte de madera para estampar un paisaje, jugó su destino de grabador. Poco más de un año había pasado desde que había egresado de la Academia de Bellas Artes como profesor de Dibujo, sin haber nunca asistido a los cursos de grabado dictados por Pío Collivadino, quizás porque la técnica del aguafuerte le resultara compleja a este joven obrero tipógrafo familiarizado con procedimientos de impresión más directos.
Regresó a la imprenta, cuando ya era de noche, no coartaba el deseo de Rebuffo de seguir trabajando, esta vez creativamente, pero la falta de luz era el mayor obstáculo para pintar. Socavar la madera le permitía paliar ese problema y el entusiasmo surgido de esas primeras experiencias, mitigar el cansancio de la jornada laboral.
Es así como las gubias y los tacos vinieron a reemplazar los improvisados instrumentos iniciales y el profesor de dibujo, grabador autodidacta, redefinió su camino concentrado en la práctica de la xilografía su fuerza creativa.
Su entorno cotidiano fue el tema de las primeras obras: el paisaje del suburbio, de casas y árboles solitarios; las rutinas matinales del barrio donde el cartero toca la puerta y el dependiente acerca las mejores frutas; el alto del carretero para aliviar al caballo, sediento de tanto trajinar. Son escenas transcriptas a volúmenes de negros y blancos rotundos, oposiciones extremas que , en esta etapa, parecían no admitir matices.
Rebuffo busca su estilo personal. Ensaya con maderas y cortantes para explorar sus posibilidades expresivas.
La agitación política que sobrevino a un quiebre del orden democrático por el golpe militar de 1930 y que enfrentó a la sociedad en sectores ideológicamente antagónicos, se proyectó a la esfera de la cultura implicando a artistas e intelectuales en fuertes polémicas en torno a la función del arte. Rebuffo, de simpatías filo-anarquistas a las que fue leal toda su vida, se alinea con artistas del grabado como Pompeyo Audivert, Demetrio Urruchúa y Lino Enea Spilimbergo, entre otros, en las filas del antifascismo. Se inicia entonces un período de intercambio con el medio artístico, que fructificó en replanteos temáticos y estéticos, además de cimentar relaciones de amistad que se mantuvieron de por vida. Audivert fue para Rebuffo uno de los artistas a los que reconoció como sus mayores influencias, junto al grabador belga Frans Masereel. Con Spilimbergo, el gran maestro y adalid de la lucha por el arte moderno, compartió pareceres y vocaciones pedagógicas. Urruchúa lo reconoció como uno de los "nuevos valores" del arte argentino.
Las circunstancias de la realidad impulsaron a Rebuffo hacia replanteos temáticos, y consiguientemente a la exploración de otros recursos expresivos. las apacibles escenas del arrabal ceden terreno frente del anarquismo ruso Mijail Bakunin y Piotr Kropotkin, quienes junto con León Tolstoi, también inspiraban la obra de Facio Hébequer, Bellocq y los "Artistas del Pueblo".
Numerosos lazos unían a Rebuffo con el grupo de Barracas. Las mismas ideas acerca del hombre en la sociedad los llevaban a reflexionar sobre temas comunes y a sostener la defensa del grabado como un arte accesible para un público amplio, en particular para la clase trabajadora.
Su personal concepción del cristianismo, moldeada en las lecturas juveniles, aflora en la interpretación de temas vinculados a la clase obrera a la luz de la tradición cristiana. En este sentido, resuenan en esta obra las ideas de Bakunin vertidas en Dios y el Estado, que lo marcaron hondamente: la admiración por Jesús "predicador del pobre pueblo, el amigo, el consolador de los mirables", la certeza sobre la organización comunitarista de los primeros cristianos como un modelo de anarquía deseable, y la profunda fobia anti-eclesiástica.
Rebuffo sigue perfeccionándose, incorpora herramientas y ensaya nuevas técnicas, como el corte y contra corte.
El año 1933 fue fecundo para el artista. Comienza a participar en exposiciones colectivas y en Salones Nacionales y Provinciales que constituían para los jóvenes espacios legitimadores del arte en Argentina. Los diarios de gran tirada "La Prensa" y "La Nación" brindaban amplia información sobre los Salones y les dedicaban una página completa en sus suplementos dominicales, reproduciendo algunas obras seleccionadas entre los participantes. En el Primer Salón de Arte de La Plata (Argentina), su grabado "Infancia" compartió la página con "Ventana abierta" de Emilio Petorutti y con obras de Larco, Gómez Cornet, Larrañaga y Roberto Rossi. En el XXIII Salón Nacional presenta la obra "Arrabal" y en la Exposición de Arte en la Feria y Muestra Nacional, la xilografía "Callecita", obra realizada en 1929 y que había sido reproducida en el roto-grabado del diario "La Prensa" ese mismo año, en la primera nota que lo destaca como uno de los jóvenes valores del grabado. Pero el reconocimiento le llega por primera vez en 1934, cuando gana el "Premio al mejor grabado" en el XXIV Salón Nacional de Artes Plásticas, premio compartido con Audivert y M. A. Ugarte. En los veinte años siguientes, Rebuffo participó en todos los Salones Nacional es y fue asiduo concurrente a los organizados en las ciudades de Rosario y La Plata (Argentina), que conferían especial importancia al grabado. Obtuvo diversos galardones: Premio único de xilografía en el XIX Salón Anual de Rosario de 1940, Premio Adquisición por la xilografía "Égloga" en el XXXII Salón Nacional de 1942 hasta que finalmente, la adjudicación del Premio Nacional de Grabado en 1954 significó la coronación de tan importante itinerario plástico.
s y les dedicaban una página completa en sus suplementos dominicales, reproduciendo algunas obras seleccionadas entre los participantes.
En el Primer Salón de Arte de La Plata (Argentina), su grabado "Infancia" compartió la página con "Ventana abierta" de Emilio Petorutti y con obras de Larco, Gómez Cornet, Larrañaga y Roberto Rossi. En el XXIII Salón Nacional presenta la obra "Arrabal" y en la Exposición de Arte en la Feria y Muestra Nacional, la xilografía "Callecita", obra realizada en 1929 y que había sido reproducida en el roto-grabado del diario "La Prensa" ese mismo año, en la primera nota que lo destaca como uno de los jóvenes valores del grabado. Pero el reconocimiento le llega por primera vez en 1934, cuando gana el "Premio al mejor grabado" en el XXIV Salón Nacional de Artes Plásticas, premio compartido con Audivert y M. A. Ugarte. En los veinte años siguientes, Rebuffo participó en todos los Salones Nacional es y fue asiduo concurrente a los organizados en las ciudades de Rosario y La Plata (Argentina), que conferían especial importancia al grabado. Obtuvo diversos galardones: Premio único de xilografía en el XIX Salón Anual de Rosario de 1940, Premio Adquisición por la xilografía "Égloga" en el XXXII Salón Nacional de 1942 hasta que finalmente, la adjudicación del Premio Nacional de Grabado en 1954 significó la coronación de tan importante itinerario plástico.
e La Plata (Argentina), su grabado "Infancia" compartió la página con "Ventana abierta" de Emilio Petorutti y con obras de Larco, Gómez Cornet, Larrañaga y Roberto Rossi.
En el XXIII Salón Nacional presenta la obra "Arrabal" y en la Exposición de Arte en la Feria y Muestra Nacional, la xilografía "Callecita", obra realizada en 1929 y que había sido reproducida en el roto-grabado del diario "La Prensa" ese mismo año, en la primera nota que lo destaca como uno de los jóvenes valores del grabado.
Pero el reconocimiento le llega por primera vez en 1934, cuando gana el "Premio al mejor grabado" en el XXIV Salón Nacional de Artes Plásticas, premio compartido con Audivert y M. A. Ugarte.
En los veinte años siguientes, Rebuffo participó en todos los Salones Nacional es y fue asiduo concurrente a los organizados en las ciudades de Rosario y La Plata (Argentina), que conferían especial importancia al grabado.
Obtuvo diversos galardones: Premio único de xilografía en el XIX Salón Anual de Rosario de 1940, Premio Adquisición por la xilografía "Égloga" en el XXXII Salón Nacional de 1942 hasta que finalmente, la adjudicación del Premio Nacional de Grabado en 1954 significó la coronación de tan importante itinerario plástico.
"Grabadores argentinos" (Fragmento), por José Antonio David, Presidente Fundación Mundo Nuevo (Argentina).
"...Los grabadores argentinos han alcanzado grandes logros, pero en muchos casos se desconoce su obra y el verdadero rigor de su trabajo. La elección de Víctor Rebuffo significa rendir un verdadero homenaje a un pionero e insigne maestro..."
"Entrevista a Víctor Rebuffo" (fragmento), publicado en Revista "Nueva Gaceta" (Argentina, año 1941).
El hombre, encadenado al yugo de la tierra por vínculos morales y fuerzas ancestrales, sufriendo el flujo y reflujo de encontradas pasiones; desintegrado de su medio por efecto de aspiraciones libertadoras, constituye el eje del asunto de mis xilos".
"Víctor Rebuffo y el grabado moderno" (Fragmento), por Diana B. Wechsler, Editorial Fundación Mundo Nuevo (Argentina).
Los lugares del grabado
"...Dentro de los procesos de autonomización propios del arte moderno, el grabado fue ocupando nuevos lugares y llegó a adquirir una independencia antes desconocida, para convertirse en la propuesta plástica en si misma: fue ofreciendo otras miradas, despojadas y potentes a la vez, capaces de registrar aspectos y percepciones de la contemporaneidad..."
"Víctor L. Rebuffo" por Hernani A. Rebuffo.
Los personajes de la melancolía, los desheredados, los soñadores, los olvidados, lo que sufren las injusticias, pueblan con su soledad y su poesía las noches mágicas de los paisajes urbanos y suburbanos de Víctor L. Rebuffo. Su mundo son las callejuelas empedradas y los abres del puerto y los arrabales, iluminados por la mortecina lumbre de farolas tan olvidadas como ellos. La soledad de los justos, lo de los honestos, de los sensibles".
"La historia grabada" por Ángel Berlanga, publicada en el Suplemento cultural "Radar" diario "Página 12" (Argentina, año 2008).
Hijo de la inmigración europea del hambre, estudiante, profesor y autodidacta, inspirado por el anarquismo ruso, artista comprometido con el antifascismo tras el golpe de 1930, camarada de Berni, Castagnino y Spilimbergo, ilustrador de libros como la Biblia, Martín Fierro, Don Segundo Sombra y el Fausto. Víctor L. Rebuffo es uno de los nombres fundamentales de grabado en la Argentina. Sin embargo su figura y su trabajo se vieron injustamente postergados.
Ahora el libro "Víctor L. Rebuffo y el grabador moderno" recupera esta obra poderosa, emotiva, sufrida por la que pasan García Lorca, Guernica, la inmigración, la opresión, la soledad y la rebelión.
Al mismo tiempo, convocados por Radar, su ex alumno Ricardo Longhini y el pintor Carlos Alonso le rinden homenaje.
Lo que puede apreciarse en le libro que la Fundación Mundo Nuevo acaba de publicar con el rescate de sus xilografías, su figura y su ideario estético, las coordenadas de pertenencia de un artista central en la historia del grabado en Argentina. En efecto, con excepción de alguna viñeta, todas las imágenes que se reproducen en este volumen están habitadas por hombres y mujeres, casi siempre en relación con contextos vinculados con alguna forma de opresión: el trabajo duro, la soledad, la ciudad como caos y agobio, la represión (y la rebelión como contracara).
Escenas en la noche, o en ambientes oscuros, muchas veces: un suicida en la vorágine, unos obreros en un taller, un solitario rumbo a un hotel o ante un vaso de vino, una creciente en La Boca. Otro detalle puede dar cuenta del carácter de su obra: no hay quien se ría ahí entre sus caricaturas. No hay sonrisas, gestos felices ni contenturas. En los grabados de Rebuffo, el agobio de esta gente golpeada, que no se lamenta, parece tener una relación directa con lo que tienen alrededor, con un mundo en el que viven, con sus condiciones de vida.
Sus cuerpos, sus rostros muestran eso.
Rebuffo se relacionó también con el grupo de los Artistas del Pueblo, con quienes compartía el gusto inspirador derivado de los anarquistas rusos Bakunin y Kropotkin ("El príncipe rojo"es un grabado dedicado a este último).
En los años '30 sus trabajos nutren varias revistas político-culturales de la época, como Contra, Nervio o Signo< en simultáneo, artistas como González Tuñón y Pettoruti destacan su obra, que empieza a ser expuesta con asiduidad, crece en lo técnico y lo temático, comienza a cosechar premios".
"Víctor L. Rebuffo", Revista "Ramona" (Buenos Aires, Argentina).
Escenas cotidianas, situaciones crueles y dolorosas, figuras de marginados, son algunos de los motivos que recorren la obra de Víctor Rebuffo desde sus inicios hasta sus últimos trabajos.
Artista comprometido con el realismo social, heredero de los Artistas del Pueblo y contemporáneo a figuras como Antonio Berni y Lino Enea Spilimbergo, Rebuffo recoge las miserias y la injusticia, las manifestaciones y las costumbres, y las transforma en los temas de sus obras (...) así como la centralidad de las preocupaciones alrededor del ser humano".