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Amaral, Wilson
Born in 1919 in Rocha state, Uruguay.
Was studied with Edgardo Ribeiro, member of the Torres García School. Obtains a study mision by the Public Education Ministry to went to Europe in 1950.
He direct the “Amigos del Arte” Studio in Minas city (Uruguay) from 1954-1962. Teaching in High School from 1954.
National Prizes at the National Fine Arts Commission (Uruguay):
1950- Representative Chamber Prize.
1951- José D. Barbiere Prize.
1954- Representative Chamber Prize.
Intervene at the VII, IX and XI Municipal Prize realized in the Montevideo Government, obtains Acquisition Prizes.
National Prizes (Uruguay):
Obtains lot of prizes in Minas, emphasize the Grand Prize in 1947.
SAN JOSÉ (Uruguay)
1948- San José Government Prize.
1953- Bank Mercantil del Río de la Plata Prize.
1956- Mention of the Government of San José.
1957- Public Education Ministry Prize.
1958- Mention in the Bank Mercantil del Río de la Plata Prize.
1962- San José Museum Prize.
ROCHA (Uruguay)
1977- First Prize at the Rocha Government.
1979- First Prize at the Rocha Government.
1980- Mention at the Rocha Government.
1982- Third Prize at the National Tourism Direction.
1983- Second Prize at the China Republic Embassy.
MALDONADO (Uruguay)
1979- First Prize at the Maldonado Government.
1981- Fifth Prize at the Maldonado Government.
1982- Admit at de National Prize.
1983- Special Prize at the Maldonado Government.
COLONIA (Uruguay)
1980- First National Prize.
Individual Exhibitions (Uruguay):
1943- Rocha Atletic Club.
1949- Social Rocha Club and La Paloma.
1953- Social Rocha Club and La Paloma.
1964- U Gallery, Montevideo.
1972- Río de la Plata Gallery, Montevideo.
1977- Knoll Gallery, Montevideo.
1978- Ceriani Gallery, Montevideo.
1980- Portón de San Pedro Art Gallery, Montevideo.
1981- Portón de San Pedro Art Gallery, Montevideo.
MALDONADO, PUNTA DEL ESTE (Uruguay)
1973 to 1983 consecutive exhibitions.
1976- Lions Club of San Carlos.
1977- Historic Museum of San Carlos and at the Punta del Este Rotary Club.
1983- Pan de Azúcar City. La Vieja Bodega Art School.
BRAZIL
1976- European Bank for Latin America (Porto Alegre).
1977- United University of Bage (Bage FUNBA).
Collective Exhibitions:
Whit “Amigos del Arte” School of Minas participate in 26 exhibitions realized in Montevideo and in all states of Uruguay.
Exhibitions organized by the National Commission of Fine Arts (Uruguay):
1961- "De Blanes a Nuestros Días", Punta del Este.
1962- "Algunas expresiones de la Plástica Actual y en Artistas del Este", 5th. School.
His works are in States Museums of Rocha, Lavalleja, San José and at National Fine Arts Comission, Historical Museum of San Carlos and Montevideo City Council; adn in private collections of Uruguay, Argentina, Brazil, Chile, Venezuela, México, USA, Canada, Spain and France.
"Wilson Amaral: The Hidden Land Liqueur", "El País" Newspaper (Uruguay).
Sierras, marinas, largos valles, componen una nueva muestra de la obra más reciente de Wilson Amaral. El pintor rochense habla con EL PAIS DE LOS DOMINGOS sobre sus cuadros y sus técnicas, y la exposición que ha presentado en el histórico “Portón de San Pedro”.
La pintura es fruto del furor, de la vocación y la inspiración –musita Wilson Amaral a EL PAIS DE LOS DOMINGOS- mientras pasa revista a su muestra en el “Portón de San Pedro”. Las obras corresponden a su más reciente producción: Las realicé durante 1979 y en lo que va de este año. Parto de la base de siempre –agrega- aunque he advertido que se ha aclarado un poco mi paleta.
Sus telas respiran calidez, sus atmósferas son claras y luminosas, en tanto los cuadros aparecen sólidamente trabajados. Es un naturalista (Sí, lo soy –admite-, por cuanto tomo los elementos de la naturaleza y trato de resolverlos plásticamente) y sus temas son los campos, las sierras, calles singulares de Colonia, marinas de Punta del Diablo, largos valles.
- Son paisajes algunas veces reales, otros creados por mí sobre las características de nuestro paisaje. Cuando se trata de un lugar reconocible, trato de respetar la naturaleza resolviendo armoniosamente las formas. Saco apuntes, los estudio, y luego, pinto en mi taller, en Maldonado.
Rocha, Minas y Maldonado
Comencé a pintar en Rocha –memora Amaral, que nació en ese Departamento, en 1979-, desde la infancia. Una tía mía guió mis primeros pasos y mis primeros bocetos. Yo pintaba sin escuela. Recién me discipliné cuando fui a Minas y conocí allí a Ribeiro. Con el encaucé aquella inclinación juvenil. Luego, allá por 1961, me fui a vivir a Maldonado. Dejé de pintar por un tiempo, pero cuando retomé los colores, lo hice con mucha más intensidad. Amaral ha ido relatando sus trabajos y sus días. Ha omitido decir cuántos premios ha cosechado, a lo largo de trayectoria. Premios en los salones nacionales, en salones del Interior, mientras sus obras han sido expuestas en nuestro país, en Brasil, Argentina, España, Alemania, Estados Unidos. Acaba de sumar, a todo ello, un lauro que estima especialmente: el primer premio del segundo Salón Departamental de Maldonado.
A ello debe agregarse la estimación crítica y la adhesión del público. Sobre esto, reflexiona: Por cierto, hay público para todas las corrientes pictóricas, pero he notado que aquél que gusta de mis cuadros se comporta de una manera especial. Es decir, por su manera de comportarse advierto que gustan de lo que he hecho; se sienten un poco alegres de ver algo que las atrae....Pero la pintura no se hace deliberadamente para gustar. Se pinta, y si gusta mejor.
Los aromas de la Tierra
Hablando de sus métodos de trabajo. Amaral revela que un tema (un paisaje, aquella calle, ciertos árboles, sobre una loma) le atrapa cuando advierte, en él, las condiciones plásticas pasibles de resolver según su técnica, según sus sensibilidad. Entonces hago apuntes, trabajo para ello, busco eliminar lo anecdótico del cuadro y quitando aquello que no importa para su ejecución. Es necesaria una época de aprendizaje frente a la naturaleza para resolver las obras.
- Yo he experimentado en otros campos, pero el que más me atrajo fue este tipo de pintura. Me han ayudado a formarme algunas buenas influencias de aquellos artistas que se muestran afines con mi sensibilidad....Creo que la mía, una pintura que llega con cierta facilidad al público, es...bueno...necesaria.
Luego retorna a su diálogo con la naturaleza, a pasear por sus propios paisajes. Por las calles verdaderas y las de la imaginación. Porque pintar, para él, hoy como ayer, sigue siendo la alegre aventura de todos los días.
"Amaral Painting" by Eduardo Vernazza "El Día" Newspaper (Uruguay,1980).
Amaral es un recio y fundado artista en las bases de lo serio. Pocos tratan el paisaje con la neta riqueza colorista de dibujo que expresa su concepto naturalista.
Eduardo Vernazza, Diario "El Día" 19 de agosto de 1980, Montevideo (Uruguay).
"Remember Wilson Amaral" by José Stagnaro (Arte X Arte, 2000).
"Yo pinto algo. Pero lo hago muy mal..."
Conversamos con el plástico Fernando Amaral recordando vida y obra de su padre Wilson Amaral, fallecido en 1990.En el taller de Fernando cuelgan algunas pinturas de la década del 50 que inmediatamente recuerdan el paisajismo constructivo del maestro de Wilson, Edgardo Ribeiro (a su vez, alumno directo de Torres García).
La riqueza tonal, el esmero en la composición, y la paleta baja tan apreciada por esa escuela está presente en la primera etapa de su obra. Justamente, en 1950 el Ministerio de Instrucción Pública le otorga una beca para viajar a Europa. "Paisaje", 1987. Oleo sobre lienzo. Wilson Amaral. Había obtenido ya algunos premios importantes: 1947-Gran Premio Lavalleja; 1948-Premio Intendencia de Montevideo; 1950-Premio Cámara de Representantes, organizado por la Comisión Nacional de Bellas Artes). Edgardo Ribeiro recuerda así su primer encuentro, en 1945,con quien fuera, luego, su alumno y gran amigo: “Tenía una mirada dulce y tímida a la vez, me tendió la mano, y dijo: -Me llamo Amaral- hizo una breve pausa y agregó: -Wilson Amaral- Cuando logró levantar la mirada prosiguió: - Yo pinto algo. Pero lo hago muy mal, y me gustaría estudiar con Usted”. "Paisaje, Cerro Pan de Azúcar", 1983. Oleo sobre lienzo. Wilson Amaral. Nos interesa referir estos hechos, no sólo por la obvia influencia de Ribeiro, sino porque toda la obra de Wilson Amaral esta marcada por la humildad, el perfil bajo -se diría hoy-, relacionado con ese procedimiento de Torres que materializaba la paleta baja de un sentimiento nacional, al acercarse a la profundidad de las cosas y de los sentimientos por el camino de la moderación. Nos asombra un poco ver, también en Fernando, esos ocres, tierras, negros y rojos, como si los últimos cincuenta años acelerados y contradictorios, no hubieran tocado esa línea paterna, ni esa humildad tan uruguaya.
"Amaral, figure and landscape in a simple language" by E. Vernazza
Desde hace años las sierras y los campos de Minas y Maldonado tentaron su color.
También con base en el Taller de Torres García, Amaral se desprende pronto de esta influencia para internarse en una luminosa y rica gama de colores verdes, ocres, y tierras de puzuoli, las que armoniza y saca buena respuesta en sus tomas del natural.
Estas se manifiestan en su medida objetiva. Pero anidan en los cuadros, la dimensión del que sabe ver con ojos de pintor. De allí que los cielos, los campos, y los árboles sean elementos naturaleza, consustanciados por una unida vigencia ambiental. Los paisajes de Amaral están en la viva personificación del autor. Poseen fuerza y relación entre sus colores haciendo que el total se concrete en un muy firme juego de consolidación.
La belleza del paisaje dice lo demás. Pero la belleza que interpreta Amaral, está lejos de la desbordante y vistosa. Sus panoramas son pequeños, simples, sencillos. Retazos con algún camino hacia el horizonte, lomas con árboles, y alguna abertura al mar, primeros planos con techos de tejas, y el sol que aviva el verde fresco como una canción pastoral.
Es el suyo un paisaje naturalista. Pero la interpretación que de dicho genero realiza Amaral, concuerda con lo que debe catalogarse como pintura en sí. Porque aparte de no despreciar los elementos en sus formas originales, sostiene con ellos el diálogo del silencio, que en sus cuadros predomina como latiente expresión de poesía.
Wilson Amaral; "Conformation of the landscape in naturalistic beauty", by E. Vernazza (El Día, 21th of November, 1981).
El paisaje en el Uruguay posee tonos muy finos para interpretarlos dentro de la paleta de ocres y verdes, así como de cielos azules o plomizos, en los que cabe la Escuela de Torres García que aún sostiene en estos aspectos Wilson Amaral, pintor que exhibe sus obras en “El Portón de San Pedro”.
Siempre Amaral se mantuvo constante con una línea que ve la naturaleza con aspectos determinantes y concretos referentes a una posibilidad de asiento del color y firmeza en el carácter de sus elementos.
A pesar de que no intenta nada fuera de la normal ratificación de su técnica, sus paisajes parecen impuestos por su simple personalidad.
El paisaje es motivado por un argumento pictórico sencillo.
El cuadro centraliza de tal forma, sus caracteres más importantes. Sus más directas relaciones entre la original faceta naturalista y el contraste que sugiere la parte interpretativa.
Esto exige al artista una concentrada visión de lo que permite subrayarse como pictórico, fuera del panorama objetivo. Y si esta es la impresión primera no por ello queda relegada aquella condición que destaca en Amaral como una de sus virtudes esenciales.
Captar el Cuadro….
En la pintura naturalista es solo adaptaría al concepto sino saber encontrar ese retablo que conjuga lo que se llama un cuadro.
Porque no es tomar un paisaje, sino encararlo como una obra total que posea riqueza colorista y arquitectura en sus acentos.
Y ello muchas veces no logra compensar la “mancha” o la entrega espontanea, sino que se adquiere cuando se ha estudiado como lo hizo Amaral. La base que posee el pintor le sirve para consolidar dicha toma naturalista.
Compresible fácilmente. Sencilla simple a la vista de todos, pero bien tratada. Es así que la casona recostada a la montaña encuentra una razón en el paisaje. Los azules verdosos reconquistan la materia pintura como intérprete de la naturaleza. Y los ocres y blanco viejos toman en la soledad del motivo una posición de bellos matices.
En los embarcaderos y puertitos, la serena vibración de las aguas, encuentran en la paleta de Amaral la suave visión que le acompaña en toda su pintura. Una tranquila y honesta tranformación del paisaje en un cuadro.
Wilson Amaral; "I was born to do what I do" (El País, November 1981).
El paisaje para él es un culto. Y ese culto lo celebra desde su Rocha natal y que luego siguió en Minas, donde estuvo radicado por un tiempo, hasta formarse pictóricamente con Edgardo Ribeiro. Pero Wilson Amaral, que ahora expone en Porton de San Pedro, no duda en definir: Mi pintura es figurativa. Es decir tomo las formas y el color de la naturaleza, no con el ánimo de imitarla, sino considerando su valor plástico. En otras palabras, pinto lo que plásticamente puedo resolver y lograr.
Tiene su taller en Maldonado, y su obra está invadida por esos paisajes entrañables que ha visto y vivido donde la imagen del hombre es una presencia constante. No se deslumbra por lo imponente, sino que se detiene a observar su pequeñísimo mundo, en el cual se abre un cielo o un árbol se yergue, o el agua refleja una visión naturalista. Cuando viajó a Europa tuvo un encuentro inolvidable: Me establecí durante un tiempo en Paris, una ciudad que jamás olvidé y amo, y que a veces recuerdo en algún paisaje del Sena y sus puentes. Cuando habla de su pintura dice: Nada me ha distraído, ni experimentaciones ni especulaciones teorizantes, quizás porque nací para hacer lo que hago.
Ahora con casi 60 años de edad, Wilson Amaral es un sólido representante de la pintura paisajista uruguaya y uno de los sólidos defensores de la escuela torresgarciana. Se ha dicho que de esa escolástica ha tomado la estructura y el tono, y un despojamiento que puede confundirse con precariedad de recursos. Pero sus obras están estructuradas no solo por el grafismo y la disposición de masas de color, sino por una ordenación de los elementos formales; en ritmos y pinceladas; en una disposición que es absolutamente propia.
Alguien ha escrito sobre él: En los treinta años de la pintura de Amaral, ha variado la paleta, ha variado la intensidad, pero su tono e inconfundible, condición que lo singulariza. De cuño torresgarciano, Amaral vuelve a la mejor tradición de la pintura para estructurar su idea artística: una sencilla ondulación de terreno, una valla de cercado; una parva; una casita acompañada por unos árboles, son el depositario de una mirada tierna, de una valoración de los simple y cotidiano, que eleva a un plano poético de contenida sensibilidad esa visiones paisajística donde ha excluido la estridencia y los colores exhuberantes.
Wilson Amaral: The cult of the landscape…… By Eduardo Vernazza (Newspaper El Dia October 1980)
La luz en el paisaje.
Aún con la paleta aprendida en el Taller Torres García. Y decimos aún, porque generalmente se omite, en su baja tonalidad, imprimir ese estado armónico de la luz que se filtra en el ambiente y que no es precisamente la que se toma del claroscuro. Ni de le la paleta clara impresionista. Es en el tono que funciona con regularidad, incluso, con el aporte de la más transparente sencillez.
El hecho de ubicar los colores en su lugar, en perspectivas normales, con una mezcla que no va más allá de un conjunto de tonos bien logrados y el toque, la pincelada, tratada en cortas y justas trazas da a esta pintura de Amaral, que se exhibe en la Galería Portón de San Pedro, una vital riqueza interpretativa de la Naturaleza de nuestros campos.
Amaral es desde tiempo un pintor que posee su manera y su tema.
El rincón, la distancia, la perspectiva, el horizonte, los cerros, los árboles, la campiña, los accidentes de un terreno arenoso, las costas, los pequeños puertos y embarcaderos en su simple anotación de rasgos perfilados, como marcando un dibujo que no desea ser absorbido por el color, sino mantenerse firme y sin desplazamientos.
Este contorno acentuado, verifica ya la lección que Torres García dejara como parte importante de su docencia plástica.
Y Amaral lo adopta, así como la paleta, sin abusar como lo han hecho otros, sino sosteniendo los principios técnicos de acuerdo a su propia personalidad.
De tal manera, un cuadro suyo es fácil reconocerlo. Porque lleva su estilo. Y ello es el gran mérito que puede poseer un pintor, aun cuando se mueva en la más humilde motivación y sea lo que le rodea, lo puro del campo, el factor determinante de tal valoración.