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Herrera, Carlos María
Nace el 18 de diciembre de 1875 en una familia que desde la fundación de Montevideo (Uruguay) tendrá larga resonancia en la vida política y cultural del país.
Inicia sus estudios de pintura y dibujo, de un claro acento academicista, con Pedro Queirolo en Montevideo (Uruguay). Se traslada a Buenos Aires (Argentina) asistiendo dos años a las clases del Círculo Estímulo de Bellas Artes, institución de enseñanza y difusión artística sin parangón aún en nuestro medio.
Probadas sus condiciones en pintura consigue una beca del Estado para perfeccionar sus estudios en Europa. Como otros artistas nacionales eligió Roma (Italia), aunque tuvo como profesores a dos españoles residentes en Italia: Salvador Sánchez Barbudo y Mariano Barbazán Lagueruela. En 1902 gana una nueva beca, esta vez con destino España. Estudia allí con Joaquín Sorolla y Bastida.
A partir de su retorno en 1905, se abre una etapa de trabajo continuo. Instala su taller en el barrio de Capurro (Montevideo, Uruguay), realiza muchos trabajos por encargo y despliega una intensa actividad docente en el recientemente fundado Círculo Fomento de Bellas Artes, del que fue director docente.
Si bien cultivó el género histórico en su última etapa, en cuyo ámbito caben señalarse dos obras ampliamente popularizadas: “Artigas en el Hervidero” y el “Congreso de abril de 1813”, alcanzó su nivel más alto en el retrato, preferentemente de figuras femeninas e infantiles. Su propia familia le hizo frecuentemente de modelo, aunque también fue el retratista de la alta sociedad rioplatense.
Es considerado uno de los pioneros del modernismo en Uruguay. Sus obras reflejan el clima de la Belle Epoque montevideana, con tenues atmósferas y veladuras, uso expresivo del color, manchas y empastes. Herrera utiliza el óleo, pero es especialmente un pastelista. Supo aprovechar la tenue transparencia del material empleado, y combinarla con la sutileza de sus modelos. Junto con Carlos Federico Sáenz y Pedro Blanes Viale perteneció por generación al grupo de pintores modernistas finiseculares. También incursionó, como algunos de sus contemporáneos, en el nativismo, pintando distintos motivos gauchos y criollos.
Se pueden ver obras suyas en el Museo Nacional de Artes Visuales (Montevideo, Uruguay), Museo Histórico Nacional (Montevideo, Uruguay), Museo Gallino (Salto, Uruguay), Museo Nacional de Bellas Artes (Argentina)
Muere a la edad de 39 años en 1914, año en que la Belle Epoque que retrató también había llegaba a su fin.
"Carlos María Herrera: Un Maestro del Pastel", por Miguel Carbajal.
Carlos María Herrera (1875-1914) pertenece a una familia que llegó al país en 1726, entre las primeraas tandas canarias que arrima Bruno Mauricio de Zabala, y ocupará un claro destino político en las generaciones siguientes.
Carlos María pertenece a la quinta generación y le tocará ocupar en la pintura un lugar de brillo similar al que otro primos suyos, Julio Herrera y Reissig y Ernesto Herrera, ejercieron desde las áreas de la poesía y desde el teatro.
Para algunos, Carlos María Herrera es el retratista uruguayo por excelencia. Como Carlos Federico Sáez, se perfecciona en Italia después de aprendizajes en Montevideo y Buenos Aires. Luego recibe una segunda beca para España.
Su trayectoria curricular exhibe a Sánchez Barbudo en Roma y a Sorolla en Madrid. El trípode se arma con lo que estudió con Sívori en la Argentina. Cuando regresa al país y se instala en él, en 1905, tiene conocimientos y virtudes superiores a los de sus colegas y termina ejerciendo la titularidad del Círculo de Bellas Artes. Lo reconocen sus pares.
Tiene logros insuperables como retratista de damas y niñas; algunos retratos figuran entre las obras maestras del género. Pero además será versátil y se inclinará hacia otros temas. Un viaje a Cerro Largo lo hace descubrir la estética rural y ejecuta pintura gauchesca.
Cuando asume la pintura histórica, con referencias tan ostensibles como las de "Batalla de las Piedras" y "Artigas en la Meseta", completa su espectro plástico. Muere a los treinta y nueve años, en pleno período de madurez.