“La pintura de Liny Aneff va adueñándose poco a poco del observador por medio de una imantada fantasía.  Escondida en las cerradas ventanas de las viejas casas, de muchos techos y portales, la luz de color va apareciendo con una magia de tonos en burbujas, o desarrollando sobre el plano manteniendo empero, un lugar para la improvisada determinación de instinto, o ese dejarse llevar, aun cuando aparentemente todos los cuadros estén sujetos a una ceñida y severa disciplina compositiva.”

Eduardo Vernazza

“Alguien ha dicho que sus cuadros son hechos para convivir con ellos y es porque su simplicidad y su fuerza no pueden causar sino el sentimiento de que cuando más se los mira más se van adentrando en uno mismo.”

Diario "La Mañana"

“Sus casas y sus techos, trabajados en tinta china y óleo finamente transparente gracias a una técnica particular, traen la calidez de tonos característicos del horizonte colonial de Brasil y de nuestro colorido Barrio Sur;  todo realizado en finísimo delineado.”

Crítica de Arte Silvia Tron

“La original concepción de los cuadros de Aneff puede apreciarse en este llamado “conventillo”.  La imagen simple y la depurada búsqueda del contorno en el espacio, tratan la luz y el color con marcada fluidez.

Crítico de Arte y artista plástico Eduardo Vernazza

Liny Aneff, pintora con un concepto original que se aviene a lo moderno de su arquitectura plástica va construyendo, en técnica por demás suya y en materiales combinados que le son afines desde tiempo, su obra.

Lacas, barnices y esmaltes se conjugan para este lenguaje que promueve una rica materia a la espátula y da relieve muy a tono con las brillantes gotas de goma laca en las que funciona el grupo que filetea los contornos de su temática. 

¿Que dice ese, su tema…?

Expreso los techos, las fachadas antiguas medio ruinosas.  Me gusta el relieve de las tejas, las ventanas viejas a medio cerrar…

¿Y referente a la serie que expone usted actualmente? 

En un sector hay ocho pequeñas telas que no son miniaturas, sino que las realice porque así lo siento.  Son trozos de “motivos”.  Un retazo de cielo con tejas, otro cinco puertas y una escaleras… otro, una puerta color naranja y la combinación de techos, además de tres ventanales en turquesa…. Esto lo creé de forma que se complementaran en la idea y el concepto con que yo sentí la serie.  En vez de hacer un cuadro grande realicé un detalle.  Y con ello me entrego a ese detalle elaborándolo totalmente y dando el verdadero cariz pictórico de interpretación.

Ud. ha elegido partes de la Ciudad Vieja… ¿Le agrada dicho motivo?

Cada vez está quedando menos para inspirarme.  Siempre éstos motivos han sido parte de mi hacer, porque es la única cosa que queda del pasado y me da verdadera pena verlo desaparecer, aunque comprendo como arquitecta que debe atenerse a lo que reclama ya la construcción nueva…

      Ud. es búlgara. ¿Aprendió a pintar allá?

      Nací en Bulgaria pero soy brasileña (ciudadana legal),  donde desarrollé durante años mi aprendizaje, tanto profesional como en la pintura.  Parte de aquellas favelas han quedado en mi, ya que en mis exposiciones me sigue su recuerdo y en esta que se realiza en el Portón de San Pedro se muestran precisamente varios cuadros entre los treinta que se exhiben, y que dan una idea inspirada del ambiente brasileño.

      ¿Ejerce la Arquitectura?

      No. Lo único que construí fue mi casa.  Sería el colmo haber encargado a un arquitecto mi propio hogar, no?

      ¿Prepara alguna otra exposición?

Estoy trabajando para realizar mi exposición anual en Punta del Este.

Esto nos dice Liny Aneff, espíritu inquieto que insiste en su motivación siempre arraigada en el espacio de sus cielos donde se recortan los techos que parecen brillar en una noche de estrellas azules, o en la rosa presencia de los caminos, frente a las casonas sin nombre que conmueven con su sensible don para transmitir una aureola poética encaramada entre los grafismos de un dibujo que es incisivo en aquellas facetas características:  una teja, una pared destruida, una ventana vacía…

Todo ello transfigurado por la estilización.  Por la adaptación a su manera.  Porque no está en sus cuadros la visión notoria de la naturaleza objetiva, sino la sugerente realidad que la pintora se propone con su fortaleza para sostener la variación a un ritmo de elocuente belleza visual y espiritual.

Trasfiguración de lo real inspirado en una cálida admiración por los barrios humildes.  Pero Liny Aneff tiene la virtud de cambiar tal panorama, por una sutil ejecución-interpretación que llega incluso a la belleza.

Y esta belleza no es la objetiva formal, sino que se ampara en la estructura del desecho.  Pero no toma el desecho como material para realizar, sino que de lo que va pareciendo, la pintora elabora su obra hasta llevarla a un grado digno de feliz culminación.

Me emociono ante una fachada y unos balcones antiguos.  Detrás de cada puerta hay un misterio…. Hay tanto que ver y pintar en las viejas casas de la calle Ansina, que Montevideo es un museo, admite Liny Aneff, pintora, ante treinta obras suyas realizadas en 1980 que se están exhibiendo en la Galería de Arte Portón de San Pedro.

Descendiente de una familia de artistas (padre arquitecto, la madre trabaja con esmaltes), Liny Aneff creció en el ambiente artístico de Río de Janeiro (Brasil), donde en 1957 obtuvo su título de arquitecta.

Ese horizonte de color y vida está en sus cuadros, aunque ella reconoce que:  En la pintura admito cualquier tipo de experiencia con tal de que sea sincera.  La sinceridad es lo que más admiro.  Uno tiene que ser honesto consigo mismo.  Con orgullo puedo decir que no copio a nadie.  Uso mucho la espátula, agrega, y el relieve… me gusta sentir las tejas bajos mis dedos.

Liny Aneff es por cierto muy original en sus obras.  Sus cuadros que se reconocen a la distancia, le han valido el reconocimiento unánime de los cognoscenti.

Sus casas, techos y fachadas se superponen; su paleta en relieve es muy particular, colorida y brillante, ya que sus cuadros son terminados a la laca.

El brillo, explica la pintora, es para mi una necesidad; da profundidad a mi obra.  Uso con más gusto, abundan, los tonos cálidos, es decir, toda la gama de ocres y marrones, sienas y sepias y algo de anaranjado.

Tras reconocer su admiración por Barradas se expresa admirativamente sobre la pintura de Vermeer.  Y sobre las sutiles apariciones de solitarios árboles, tras los ventanucos de sus últimos cuadros, solamente comenta:  En el fondo todos somos unos solitarios.  Tras lo cual, reposa la vista y los sentidos todos, sobre los cálidos y casi mágicos cuadros suyos.