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De Arzadun, Raquel
Nace en Montevideo el 10 de enero de 1928, hija mayor de Famoso pintor Carmelo de Arzadun y de Micaela Olaso. Nace cuando su padre tiene cuarenta años y es un pintor de prestigio, con becas, premios y varios viajes a Europa detrás suyo.
El matrimonio Arzadun-Olaso se ha instalado en una casa pequeña con un gran estudio en la calle Ibiray, Parque Rodó, y a partir del nacimiento de Raquel el artista se vuelve sedentario. Pinta todo el día, tanto en Montevideo como en los posteriores veraneos en Las Flores.
Raquel quién además era una niña con problemas de salud quedando enclaustrada en la atmósfera familiar y termina siendo ella la que sigue los pasos del padre, sin distanciamientos, moviéndose con la misma temática y el mismo estilo, con esa cosa de gran respeto, y también de enseñanza directa, que tenían los talleres renacentistas donde los discípulos pintan siguiendo las huellas del maestro con tanta devoción que a veces se hace difícil distinguir los unos de los otros.
Raquel de Arzadun falleció en Montevideo el 17 de enero de 1986.
"Los Arzadun: Una familia de pintores", por Dr. Miguel Carbajal Diario "El País" (Uruguay, 1997).
Cualquiera sabe lo personal que resultan ser las vocaciones. Generaciones de padres e hijos se han desencontrado alrededor de ese tema que empieza por ser patrimonial y termina por ser existencial. Pero hay una especie de genética más fuerte que las otras, quizá porque sobre ella se suma una etapa formativa que en los demás casos no adquiere tanto peso. Se habla de la genética artística. Está el ejemplo de los Zorrilla que sucesivamente han ofrecido al país el "poeta de la Patria", "el escultor de la Patria" y "la actriz de la Patria", en designación que de pronto no todos están de acuerdo, aunque ninguno niegue la carga emblemática que porta esa familia. O el de los Damiani, con el tenor en una generación, un plástico en la otra y de nuevo plásticos en la tercera. Para citar dos casos notorios.
Lo artístico tiene un espectro muy amplio y por ahí puede explicar ese tipo de herencia. Lo realmente curioso es lo que sucede en la pintura. Como en ninguna otra actividad se convierte en una historia de familia. Que en el Uruguay se da como en dos vertientes. Por un lado está la morfología tipo Torres García, con suegro y yerno, padre e hijos que se aplican a lo mismo y hacen sus propias carreras. Y eso se repite cotidianamente dentro de la sintomatología nacional. Y por otro lado está la morfología tipo Blanes en donde los hijos Nicanor y Juan Luis hacen exactamente lo mismo que el padre, hasta el punto que lo que al final queda es una especie de obra colectiva. Lo mismo sucedió a Figari y su hijo Juan Carlos. Y como ejemplo más reciente es lo que pasa con Carmelo de Arzadun y su hija Raquel.
Raquel Arzadun es la hija mayor de Carmelo de Arzadun y Micaela Olaso. Nace cuando su padre tiene cuarenta años y es un pintor de prestigio, con becas, premio y varios viajes a Europa detrás suyo. El matrimonio de Arzadun-Olaso se ha instalado en una casa pequeña con gran estudio en la calle Ibiray, Parque Rodó, y a partir del nacimiento de Raquel el artista se vuelve sedentario. Pinta todo el día, tanto en Montevideo como en los posteriores veraneos en Las Flores. Néstor, el hijo menor será el primero en caer bajo la seducción de ese entusiasmo paterno que es la pintura, para después derivar hacia la escenografía y el alejamiento a París. Raquel quién además es una niña con problemas de salud queda enclaustrada en la atmósfera familiar y termina siendo ella la que sigue los pasos del padre, sin distanciamientos, moviéndose con la misma temática y el mismo estilo, con esa cosa de gran respeto, y también de enseñanza directa, que tenían los talleres renacentistas donde los discípulos pintan siguiendo las huellas del maestro con tanta devoción que a veces se hace difícil distinguir los unos de los otros. Raquel de Arzadun Olaso nació el 10 de enero de 1928 en Montevideo y falleció en esa misma ciudad el 17 de enero de 1986. Esta exposición en el Club del Lago de Punta del Este (Verano de 1997), recoge obra de Carmelo y de Raquel de Arzadun en la primera muestra conjunta de ambos.